viernes, 2 de diciembre de 2011

La Guerra de Troya: llamada a las armas.

En efecto, Menelao llamó a las armas a todos los ex-pretendientes de Helena, que eran la mayor parte de los reyes griegos. Al principio la respuesta de los convocados fue fría, pero a medida que se iban apuntando se hacía patente que tan gran ejército nunca más sería visto y que quien participara en la guerra conseguiría fama y celebridad, aparte del formidable botín que escondían las altas murallas troyanas.
Ayax Telamonio y Diomedes fueron de los primeros en apuntarse. Los dos, en espera de heredar sus respectivos tronos, eran hombres violentos y arrogantes, dispuestos a cualquier cosa con tal de conseguir ser reconocidos por su fuerza y valentía. Tras ellos, dos buenos ejércitos para engrosar el contingente griego. Filoctetes, el mejor arquero griego, también se apuntó, esperando emular a su querido amigo Heracles. Así, de uno en uno, se fueron enrolando los distintos ejércitos de la Hélade, confiando cada vez más en que sería una gran victoria que daría honor a los héroes griegos.
Sin embargo, faltaban dos piezas para completar la gran máquina devastadora: el rey de Itaca, Ulises, que no daba señales de vida y el mejor guerrero que por entonces existía, Aquiles, que no había participado en la elección de Helena y que por tanto para nada le importaban los problemas de Menelao y Agamenón, al que por cierto despreciaba y tenía por cobarde.
Se envió una comisión a Itaca, patria de Ulises, para averiguar porque éste no respondía a la llamada de Agamenón. Ulises estaba llamado a ser uno de los puntales del ejército griego: formidable guerrero, astuto como ningún otro, era capaz de conseguir mediante tretas aquello que la fuerza bruta no alcanzaba y, gracias a su elocuencia, de gran valor para negociar con el enemigo. Todo esto no se le escapaba a Agamenón, que, preveyendo que los hombres destinados a Itaca se encontrarían con alguna argucia de las que Ulises era especialista, mandó entre ellos a Palámedes, su único hombre capaz de competir en ingenio con el rey de Itaca.
Y así fue que cuando llegaron a Itaca, se les informó de que Ulises había enloquecido y de que no estaba en condiciones para participar en ninguna batalla. Los hombres de Agamenón se convencieron de que, efectivamente, había perdido el juicio cuando lo hallaron arando un campo que previamente había sembrado con sal. Pero Palámedes, desconfiado por naturaleza, quiso poner a prueba esa locura, por lo que prendió al joven Telémaco, hijo de Ulises, que todavía tomaba pecho, y lo acostó sobre el surco sobre el que iba a pasar Ulises con su arado. Éste, al ver el peligro que corría su hijo, dejó de arar y lo devolvió en brazos de su madre. Tuvo que reconocer que todo había sido un engaño, y es que, en contra de los que pensaban la mayoría de los caudillos griegos, no veía ningún provecho en luchar contra Troya, pero sabía, ciertamente, que si Menelao le reclamaba estaba obligado por juramento a seguirle. La astucia de Palámedes sirvió de mucho a los griegos, ya que el papel de Ulises en la guerra sería decisivo, pero el destino de Palámedes iba a ser funesto desde el día en que Ulises entró en acción.
Ulises y su ejército ya estaban en el saco, ahora faltaba la segunda pieza: Aquiles. Pero no sería justo hablar de Aquiles sin nombrar primero a su padre, Peleo.

lunes, 28 de noviembre de 2011

Tres Tristes Trágicos

Tres tristes trágicos, eso es lo que nos queda de los centenares de autores y millares de obras de tragedia griega en general generados desde tiempos arcaicos hasta finales de la edad antigua. Snell ha contabilizado hasta 256 autores de tragedia griega pero solo tres han pasado la dura prueba de la historia: Esquilo, Sófocles y Eurípides. Es un poco triste, no?, aun pensando, y sin poder comprobarlo, que al menos se han conservado los tres tragediografos más importantes que dió la Grecia clásica, las obras que de ellos conservamos son una mínima parte de su producción total y por lo que parece difíciles de interpretar en nuestra época y en nuestras lenguas actuales. Concretamente de Esquilo se conservan siete tragedias cuando se sabe que al menos escribió setenta y tres (códice Mediceo). de Sófocles se conservan otras siete tragedias mientras que de Eurípides contamos con dieciocho. Treinta y dos en total, de las centenares que sumarían las producidas por los tres trágicos del siglo V a.c o de las miles creadas en total, que desastre.

viernes, 25 de noviembre de 2011

F.C. BARCELONA versus CRISIS

Estos cuatro últimos años de dura crisis que estamos sufriendo en España han coincidido con una formidable racha de victorias en todas las competiciones por parte del fútbol club Barcelona. A medida que el país se ha ido emprobreciendo y los políticos autóctonos y europeos perdiendo su prestigio, los jugadores del Barcelona han pasado a ser considerados algo así como los héroes de nuestros tiempos y su entrenador, Josep Guardiola, es idolatrado en Catalunya de tal manera que ha tenido que ser él quien nos diga qué tenemos que hacer los ciudadanos para salir de la ruina que se nos ha venido encima.
La prensa y tv de Catalunya dedican cada vez más tiempo a hablar del equipo, de los jugadores y de Guardiola, olvidando por supuesto que existen otros deportes y otros equipos de fútbol.Pero lo peor es como ha calado el equipo en la vida cotidiana: no hay político que, en algún momento de su discurso, ponga, a modo de ejemplo, al Barcelona o a su entrenador, en la tertulias radiofónicas da igual el tema que traten ya que siempre acaban hablando de fútbol, en la publicidad no te digo nada, en fin, parece ser que solo exista el Barça.
Yo todo esto lo digo como un aviso hacia nuestra sociedad, no hacia el equipo, del que soy simpatizante. Estamos muy mal, quizás por eso buscamos héroes donde en mi opinión, no los hay. Quizás sería mejor volver la vista atrás, hacia los ideales verdaderos que nos dejó el mundo clásico .

viernes, 11 de noviembre de 2011

La elección

Cuenta la leyenda que en su juventud, Hércules tuvo que escoger entre llevar una vida virtuosa o por el contrario entregarla al vicio. Pocos años después, Aquiles se vería en la misma encrucijada al tener que decidir entre tener una larga vida en paz reinando en Tesalia o bien en tener una vida de corta duración y alcanzar la gloria en Troya.
Ambos escogieron la vía más difícil, es decir, llevar una vida virtuosa y alcanzar la inmortal fama. Por eso son Héroes y hoy los seguimos recordando, sus actos y sus gestas, que permanecen en el tiempo como ejemplo del ideal supremo.

viernes, 4 de noviembre de 2011

La guerra de troya: Paris en Esparta.

Menelao y su hermano Agamenón, eran llamados los Átridas, es decir, los hijos de Atreo. Eran descendientes de una familia real castigada por la desgracia y el horror: el último de ellos, cometido por Atreo, que ultrajado por su hermano Tiestes, le invitó a una cena en la que para el plato sorpresa cocinaron a los dos hijos de éste. Tiestes se los comió sin sospechar nada y al llegar los postres le presentaron en una bandeja las cabezas de sus dos retoños.
Con un padre así imaginaos como saldrían los hijos. En verdad Menelao y sobretodo Agamenón, consiguieron que todos los caudillos y reyes del continente griego se pusieran a su servicio.
Pues bien, Menelao se limitaba seguir las instrucciones de Agamenón en lo que respectaba a la política, siendo su mayor conquista Helena, su mujer, que había sido pretendida por los más ilustres héroes y reyes de Grecia pero que él, pese a su mediocridad, había conquistado.
Helena era la hermana menor de Cástor y Pólux, dos héroes, ya fallecidos, que se embarcaron junto a Jasón en la nave Argos. También tenía una hermana, Clitemnestra, casada con Agamenón.
Ya desde la tierna infancia destacó por su belleza y cuando apenas tenía doce años fue raptada por Teseo, que entonces, según escribe Plutarco, ya era un cincuentón. Dejó a la niña en una aldea cercana a Atenas, hasta que sus hermanos Castor y Pólux dieron con ella y, tras combatir con sus guardianes, la llevaron de regreso a su casa.
La niña empezó a convertirse en mujer y el número de pretendientes crecía a cada día que pasaba. Así, cuando llegó la hora de buscarle marido, ya había oficialmente treinta y seis candidatos esperando su elección, algunos de ellos tan ilustres como Ayax, Diomedes, Filoctetes, Menelao, Patroclo y Ulises.
Mientras esperaban la decisión de Helena, trabaron una amistad entre ellos que decidieron reforzar con un juramento: independientemente de quien fuera el afortunado, el resto de los pretendientes acudiría en su ayuda en caso de surgir algún problema con Helena.
Como ya hemos dicho, Helena se decidió por Menelao y, tras la boda, se trasladó a Esparta junto a su marido, donde vivió una vida tan cómoda como aburrida, preguntándose en sus meditaciones más íntimas porqué había escogido a Menelao como marido.
Pero retomemos el hilo de la historia: Paris, tras agasajar a Menelao con los más lujosos presentes, es invitado a una cena en el palacio real. Menelao lo hace sentar a su mesa, la más importante de cuantas había en el gran salón del palacio, a su lado izquierdo, mientras que a su lado derecho deja un asiento vacío. Entonces aparece Helena, ante la admiración de todos los comensales, igual a una Diosa, y sus miradas, por primera vez, se cruzan. Este es un instante histórico, unos segundos que marcarán el futuro, una guerra que acabará con la vida de los mejores guerreros y supondrá prácticamente el fin de la edad de los héroes.
Efectivamente, algo se enciende en los pechos de los jóvenes con solo verse, una atracción que los poetas intentarían explicar como un deseo encendido por los Dioses, algo que les haría huir, de noche, del palacio y de Esparta. Empezaba la guerra, pero ellos aun no eran conscientes de ello.
Menelao y el resto de comensales quedaron encantados por la buena presencia y encanto del hijo de Príamo, y le rogaron que pasara una temporada en la corte a lo que Paris , naturalmente, aceptó encantado. Los primeros días en Esparta no fueron propicios para que la joven pareja pudiera encontrarse, ni siquiera en la sombra de la noche, ya que Menelao estaba encantado con su nuevo invitado y requería constantemente su presencia. Pero, un tiempo después, se presentó una oportunidad para Paris: Menelao debía partir para Creta, y le rogaba que mientras durase su viaje permaneciera en Esparta , cosa que el troyano aprovechó para poner rumbo a su tierra llevándose consiguó a Helena.
Menelao, de vuelta de Creta, al enterarse del rapto de su mujer, montó en cólera y prometió venganza, pero cuando supo, a través de testigos de la huída, que Helena había abandonado Esparta voluntariamente por amor hacia Paris, se desinfló y ya nada le importaba. ¿Para que ir tras Helena si ésta le había traicionado?, además, no se le escapaba que Troya contaba con un ejército poderoso comandado por un hijo de Príamo, un tal Héctor, del que decían no había otro igual dirigiendo a sus hombres ni en la lucha cuerpo a cuerpo.
Aun así, la notícia de la huída llegó a oídos de Agamenón, su hermano mayor. Éste, que había conseguido ser rey de reyes, podía convocar y reunir los distintos ejércitos de Grecia siempre y cuando tuviera para ello una buena causa. Troya suponía un botín formidable, a medida de su ambición, pero la buena labor diplomática llevada por Príamo durante años había conseguido que los reyes de Grecia sintieran simpatía por la ciudad de ultramar. Ahora se presentaba una oportunidad y Agamenón, que tenía de todo menos escrúpulos, hizo ver a su hermano Menelao que tal afrenta a su honor no podía ser olvidada y que él estaba dispuesto a liderar una expedición contra los troyanos para librarle de tan gran deshonor. Menelao, como siempre había hecho, se dejó llevar como un corderito, y puso la venganza en manos de su hermano.
AgamenónMenelao, que se había tomado esa promesa un poco a la ligera, empezó a sospechar del ardor que ponía su hermano por ayudarle.

martes, 1 de noviembre de 2011

Un espejo de la actualidad.

A mediados del siglo V d.c.,Rómulo Augusto, último emperador de lo que quedaba del imperio romano de occidente, fue depuesto por el bárbaro Odoacro, que devolvió al emperador de oriente, Zenón, las insignias del imperio. Era el final del largo declive romano.
¿Qué había sucedido en los cuatro siglos que van desde el esplendor de la Roma de Augusto hasta el final de un imperio que murió en silencio?.
Los éxitos militares de Cesar y la posterior paz impuesta en todo el imperio por Augusto, les pusieron a la cabeza del mundo, un trozo de tierra habitado por ciudadanos civilizados regidos por leyes , pero rodeados por un mundo de bárbaros que en poco se diferenciaban en la forma de pensar a los hombres del neolítico. La consecución de estos logros llegó tras una lucha de poderes entre las principales estirpes de los patricios, fundadores de Roma, que acabó con los mejores y más intrépidos de ellos, mientras que los cobardes y mezquinos sobrevivieron a las sucesivas matanzas. Cuanto más crecía el poder de Roma más ruines eran sus gobernantes.
El vacío que quedó en la sociedad romana fue llenada por ordas de bárbaros: -el Godo, el Franco, el Normando y el Lombardo con la podredumbre de la vieja Roma para formar un mosaico de razas híbridas, todas ellas notables por la ferocidad, el odio, la estupidez, la insidia, la codicia y la brutalidad...-según palabras del escritor Thomas Merton.

jueves, 13 de octubre de 2011

El Rey Loco

Luis II de Baviera, rey de Prusia, rey depuesto por las intrigas de su familia: incapaz de gobernar, se le diagnosticó esquizofrenia paranoide, para sus súbditos, el rey loco.
Su juventud marcó claramente el rumbo que iba a seguir su vida: un desequilibrio entre una más que estricta educación y por otro lado un niño al que se le concedían todos sus caprichos por absurdos que fueran.
Subió al trono muy joven: tan solo con dieciocho años. Vivía rodeado de una pandilla de políticos intrigantes y por una familia sin escrúpulos, con Europa sumida en pequeñas guerras,pero a él nada de eso le importaba. Hubiese querido ser un príncipe azul, un Lohengrin, un Tristan, y vivir su mundo de fantasía metido en el fabuloso castillo que se hizo construir.
Aparte de esto, solo estaba interesado en la música de Wagner: a los dieciocho años presenció su primera ópera, el Lohengrin de Wagner, y desde ese día su vida quedó íntimamente ligada a las obras del compositor alemán. Acudía a tantas representaciones como podía, muchas veces de incógnito, desplazándose en un tren exclusivo para sus llevar a cabo sus caprichos.
En las funciones de Wagner siempre había un palco reservado para el rey que, siempre que podía ,utilizaba de forma anónima . Era como más disfrutaba, en la oscuridad de su palco, lejos de las miradas del público, que ni en broma se imaginaba que su rey estaba entre ellos, se perdía en la música evocadora de Wagner, se encontraba a sí mismo entre aquellos héroes de leyenda que cantaban sus aventuras.
Fuera del teatro la vida era otra cosa: incapaz de comportarse como se esperaría de un monarca, cada vez se alzaban más voces clamando su destitución. Así, el vulgo no tardó en apodarle como "el rey loco", y finalmente se le diagnosticó esquizofrenia , cosa que le obligó a dimitir entrando en una depresión de la que no iba a salir.
Wagner falleció en 1883, sumiendo a Luis II en una depresión más profunda todavía. Los médicos reales, temiendo que intentara suicidarse, optaron por buscarle un retiro en la tranquila campiña de Prusia, cerca del lago Stanberg.
Una tarde, Luis pidió a su médico permiso para pasear alrededor del lago, y el médico, confiado por la mejoría que su paciente había experimentado desde su estancia en esos parajes, accedió, dando órdenes a los guardas para que les dejaran solos a los dos aquella tarde.
Ya no volvieron a verlos vivos. Los encontraron flotando en medio del lago.

martes, 4 de octubre de 2011

PRÓLOGOS

He recopilado algunos de mis prólogos favoritos de los libros de la biblioteca de mi abuelo (ya hablaré sobre ella en posteriores entradas). Reconozco que he leído más de un libro por el efecto que me ha causado el prólogo.


<< A ti que entraste a caballo en mi vida.>>
Curzio Malaparte - Sodoma y Gomorra

Tous nos malheurs proviennent de ce que les hommes ne savent pas ce qui´ls sont, et ne s'accordent pas sur ce qu'ils veulent être.
Verçois - Les animaux dénaturés

Oh, alma mía, no aspires a la vida inmortal, pero agota el campo de lo posible.
A. Camus - El mito de Sísifo.

domingo, 2 de octubre de 2011

El REASS

El REASS es la abreviatura de Régimen Especial Agrario de la Seguridad Social. Un régimen "diferente" al Régimen General de la Seguridad Social que desde 1971 dispone que más de 800000 españoles, cobrando igual o menos que el resto de trabajadores adscritos al régimen general, perciban unas pensiones muy inferiores ( rayando la beneficencia) y en caso de paro, una cuantía aún más ridícula.
Este 22 de setiembre del 2011 las Cortes Generales han aprobado su integración en el régimen general, es decir, se acaba con una injusticia que afecta a casi un millón de trabajadores y beneficia a unos pocos empresarios: peones agrarios, capataces, técnicos...que por desgracia tenían que cotizar dentro de este régimen y tener unas contraprestaciones MUY inferiores a otros colectivos, de rendimiento muy cuestionable, como por ejemplo el de funcionarios.
Pues bueno, ¿cuanta gente se ha enterado de esta noticia?, ¿que repercusión ha tenido?. A mediados de setiembre un grupo de "indignats" acampó ante las puertas de la bolsa de Barcelona.Yo, que vivo en Banyoles, me enteré de la noticia por varias vías y, es más, tuve ocasión de ver la protesta puesto que el día posterior casualmente pasé ante la Bolsa y comprobé personalmente que ,efectivamente, la protesta era cierta, un nutrido grupo de unas... treinta ,(30), personas.
De vuelta a Banyoles recuerdo que la protesta seguía siendo tema principal tanto en la televisión como en la radio.
En resumen, tenemos dos noticias bastante próximas en el tiempo y dos repercusiones en los medios de comunicación totalmente distintas. La protesta del "indignats" ha sido la noticia que se ha divulgado mientras que la de la integración del Régimen Agrario no se ha oído casi nada en los medios. En mi opinión es mucho más importante saber que se ha puesto fin a una injusticia que sufrían cientos de miles de personas en nuestro país durante 40 años al hecho de que un reducido grupo de personas muestre unas pancartas ante la bolsa de Barcelona. Para los medios de comunicación no.
¿Que está pasando aquí?, me pregunto cuando veo este tratamiento de las noticias. Ahora lo tengo claro: una noticia vende, la otra no. En función de esto se da más o menos importancia a la noticia. Es muy fuerte, pero lo hacen con todas las noticias.

domingo, 25 de septiembre de 2011

Oskar Hagen

En la segunda década del siglo pasado un historiador del arte alemán llamado Oskar Hagen encontró en una vieja biblioteca privada un voluminoso fajo de partituras que llamaron su atención: se trataba de una serie de obras de cuyos títulos jamás había oído hablar aunque el nombre del compositor que aparecía al pié de las viejas páginas no le era en absoluto desconocido: Georg Friedich Handel.
Handel era conocido por su famoso Mesías y algunos oratorios más no tan populares así como por la Música Acuática que compusiera para el rey Jorge I, pero que él supiera, esas obras tituladas con nombres de héroes mitológicos no figuraban en ninguna otra parte, aparte de esas partituras que sostenía en sus manos.
Alentado por tal hallazgo, mostró las partituras a expertos en este tipo de música que, en efecto, corroboraron la autenticidad de las partituras , identificándolas como las ópera olvidadas de Handel, de tal manera que en 1924, se estrenaba en la ciudad de Gottingen la ópera Rodelinda.
A partir de aquí se sucedieron con rapidez los estrenos de todas sus óperas, 43 en total. Más de 150 horas de obras maestras salvadas del olvido tras casi 200 años de la muerte de su compositor, el sábado santo de 1759.
La suerte de las óperas, olvidadas pronto por un público que prefería el nuevo estilo que imperaba en Europa, tuvo un final feliz y dos siglos después demostró que lo clásico nunca pasa de moda.
Ojalá hubieran corrido la misma suerte las tragedias perdidas de Sófocles, Esquilo y Eurípides; las maravilloas esculturas de Fidias , la Pequeña Iliada, la biblioteca de Alejandría y su tesoro del saber antiguo... en fin, este es un homenaje a todos los "Oskar Hagen" de nuestra historia que , bien desde un scriptorium de una abadía medieval, desde una excavación en el desierto Egipto, o por puro azar, han contribuido a salvar los últimos resquicios de un pasado glorioso.

JOHN STEINBECK

Querido Pat:
Viniste a verme mientras tallabas una figurilla en madera, y me dijiste: -¿ Por qué no me haces algo?-
Te pregunté qué querías y respondiste: -Una caja-.
-¿Para qué?-
-Para poner cosas en ella-.
-¿Que cosas?-
-Todo lo que tengas-, dijiste.
Bien, aquí tienes la caja que querías. He puesto en ella casi todo lo que yo tenía, y todavía no está llena. Hay en ella dolor y excitación, sentimientos buenos y malos, y malos pensamientos y buenos pensamientos..., el placer del constructor, algo de desesperación y el gozo indescriptible de la creación.
Y todavía la caja no está colmada.

JOHN STEINBECK

El prólogo-dedicatoria que el señor Steinbeck escribió para su más famosa novela, Al Este del Edén, me ha parecido que contiene una idea maravillosa, la caja, en su caso el libro, pero esta caja metafórica puede ser de muchas formas y texturas: lo importante es lo que contiene.
Con toda la modestia posible, hoy empiezo a llenar la mía, y si quizás jamás consiga acabar tal empresa, espero que, al menos, encuentren en su interior alguna cosa de su agrado.