sábado, 24 de marzo de 2012

La transmisión de las obras clásicas.

Estaba leyendo la introducción que el señor Ramos Jurado hace del libro de Tragedias de Esquilo (Alianza Editorial) y me pareció particularmente interesante la explicación que hace sobre la transmisión de las tragedias griegas desde su creación hasta nuestros días. Las sucesivas guerras y su consiguiente destrucción, los desastres naturales, los accidentes y la anarquía además de muchos otros motivos han impedido que la mayor parte de la producción literaria de la antiguedad llegara hasta nosotros y las pocas obras que han salvado este obstáculo de más de dos mil años lo han hecho recorriendo un camino rocambolesco y perdiendo parte de su frescura original. En general, el camino que han seguido estas joyas supervivientes ha sido este: de las obras originales, escritas en papiros por los mismos creadores y guardadas en los archivos de las principales polis griegas, no ha quedado ni rastro. Sabemos que por cada obra se realizaban al menos tres copias, una de ellas para archivarla por si en el futuro se representaba de nuevo, pero estas tampoco se conservan. Ya en la época helenística, el saber y la cultura se habían trasladado a Alejandría, donde la famosa biblioteca albergaba las obras que el erudito Aristófanes conservaba, estudiaba y divulgaba. De estas obras conservamos algún fragmento de papiro, pero todo el resto o se quemó con la biblioteca o se perdió siglos después. Ya en el imperio romano, se seleccionaron algunas obras (siete en el caso de Esquilo) que son las que han llegado hasta nosotros, pero esta selección contribuyó a que el resto de las obras desapareciera para siempre.Los papiros fueron pasados al códice (precursor del libro actual) y posteriormente cuando lo que quedaba de Roma huyó a Bizancio se introdujo la minúscula en los textos. De todo esto tampoco conservamos nada. Los primeros documentos que podemos tocar con nuestras manos se remontan a los códices medievales: los monjes de los conventos medievales copiaron, a su manera, los papiros o códices antiguos que se conservaban, y algunas de estas copias se han conservado. Uno de las más importantes es el códice Mediceo escrito en el siglo X, y si bien no está completo, es la base de todas las tragedias conservadas de Esquilo.

domingo, 11 de marzo de 2012

Mis óperas favoritas: Lohengrin.

Esta ópera de Richard Wagner fue la primera a la que presté atención y hoy en día , tras haberme adentrado en distintas óperas,sigue siendo mi favorita.
Hace unos años, mientras conducía hacia el trabajo, iba escuchando distraidamente RNE clásica cuando una melodía llamó mi atención. Era la introducción de la ópera Lohengrin, obra de Wagner estrenada en 1850. De hecho, me gustó tanto que apunté aquel extraño nombre en un pedazo de papel y una vez de vuelta a casa lo introduje en el Google.
Lohengrin, caballero custodio del Santo Grial, hijo de Parsifal. Esto ya me sonaba un poco, Parsifal era uno de los caballeros de la mesa redonda del rey Arturo y, una vez disuelta esta, encontró el Grial y formó una guardia para custodiarlo. Esto aprendí sobre el personaje, pero luego, al leer el libreto de la ópera, me enganché con la historia que narraba: en la edad media, el rey de Germania recorre su país reclutando tropas para su ejército, que se dispone a luchar contra el enemigo Húngaro. Cuando llega a Brabante, se entera de que la población está enfrentada en dos bandos que se disputan el poder.El caso es que a la muerte del conde, su hijo y heredero, el pequeño Gottfried, fue dejado a manos de un noble llamado Telramund hasta que alcanzara la mayoría de edad, pero un día en que el pequeño príncipe salió a pasear por el bosque junto a su hermana Elsa, desapareció sin dejar rastro y sin que Elsa pudiera dar ninguna explicación coherente sobre el incidente.
Telramund señaló a Elsa como responsable y causante de la desaparición de su hermano pequeño y reclamaba que esta fuera juzgada y castigada. Tras esto el reino pasaría a ser regentado por el mismo Telramund.
El rey Henry, tras escuchar a los dos bandos, no sabía que decisión tomar: era consciente de que Gottfried se movía impulsado por sus ansias de poder pero Elsa no era capaz de defenderse de una manera razonable.
Finalmente el asunto se puso en manos de Dios: se celebraría un duelo a muerte entre Gottfried y un voluntario que luchara por Elsa, Dios daría mayor vigor al brazo del justo y así el asunto quedaría zanjado. Pero nadie se atrevía a enfrentarse a Gottfried y así, cuando estaba a punto de acabar el tiempo de espera para que acudiese un defensor de Elsa, de la oscuridad del río apareció un gran cisne tirando de una barca en la que, un caballero perfectamente armado, se dejaba llevar por las oscuras aguas. Era Lohengrin, que ante el asombro de todos, defendió a la muchacha y venció al malvado Gottfried.
Después de esto, empecé a ver vídeos del primer acto hasta acabar viendo la ópera entera, siempre descubriendo piezas fascinantes y sobrecogedoras.
Lo que yo tengo claro es que la ópera es un género de música que primero hay que conocer para después poder amarlo. Si se intenta entrar de golpe se fracasa. Yo recomiendo lo siguiente: escojan una ópera por la que sientan alguna curiosidad o que al menos les suene un poco, busquen una sinopsis del argumento y leanla detenidamente, interésense por el compositor, por el año de estreno, vamos, ponganse un poco en situación y sepan qué están escuchando. Despues de esto, busquen en Youtube fragmentos de la opera, es decir, Arias, o bien introducciones, escuchen tantas como quieran y repitan las que más les gusten.Ahora intenten ver el primer acto entero , a ser posible con subtítulos, y a partir de aquí...a disfrutar.
http://www.youtube.com/watch?v=LMtRof9qJG8