Estos cuatro últimos años de dura crisis que estamos sufriendo en España han coincidido con una formidable racha de victorias en todas las competiciones por parte del fútbol club Barcelona. A medida que el país se ha ido emprobreciendo y los políticos autóctonos y europeos perdiendo su prestigio, los jugadores del Barcelona han pasado a ser considerados algo así como los héroes de nuestros tiempos y su entrenador, Josep Guardiola, es idolatrado en Catalunya de tal manera que ha tenido que ser él quien nos diga qué tenemos que hacer los ciudadanos para salir de la ruina que se nos ha venido encima.
La prensa y tv de Catalunya dedican cada vez más tiempo a hablar del equipo, de los jugadores y de Guardiola, olvidando por supuesto que existen otros deportes y otros equipos de fútbol.Pero lo peor es como ha calado el equipo en la vida cotidiana: no hay político que, en algún momento de su discurso, ponga, a modo de ejemplo, al Barcelona o a su entrenador, en la tertulias radiofónicas da igual el tema que traten ya que siempre acaban hablando de fútbol, en la publicidad no te digo nada, en fin, parece ser que solo exista el Barça.
Yo todo esto lo digo como un aviso hacia nuestra sociedad, no hacia el equipo, del que soy simpatizante. Estamos muy mal, quizás por eso buscamos héroes donde en mi opinión, no los hay. Quizás sería mejor volver la vista atrás, hacia los ideales verdaderos que nos dejó el mundo clásico .
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